Nos quedamos de piedra el sábado a primera hora de la mañana, cuando nos enteramos del suceso, ante las costas de la Isla de Giglio. No lo podíamos creer.
Los accidentes suceden, ya sea por un error humano o un error en las cartas de navegación, la verdad es una gran desgracia. Pero no me gusta nada ver como algunos medios de comunicación, desinforman en lugar de informar, haciendo declaraciones falsas sobre los sistemas de seguridad a bordo de los cruceros o el funcionamiento de los mismos.
Nuestras más sinceras condolencias a los familiares de las víctimas de la tragedia a bordo del Costa Concordia.